Este mes vengo cargadita. Llevo leyendo tres libros al mismo tiempo desde finales de noviembre y, de momento, he logrado acabar uno. Espero tener tiempo para poder terminar los otros dos y ofrecértelos aquí este mismo mes, aunque ya quede poquito para que acabe.
¿Tienes pensado iniciar algún reto relacionado con libros para el próximo año? Ya sabes, cosas como "Este año leeré diez libros" o "Me leeré dos libros al mes", y cosas así. Yo lo intento, animada siempre por el "Reading Challenge" que ofrece la página Goodreads (tienes el enlace en la columna de la derecha), pero siempre acabo engrosando la lista con manga. Técnicamente es igual de válido que una novela, pero como funciona a un ritmo diferente y va acompañado de ilustraciones, la lectura es más rápida y se pueden leer más en menos tiempo, puede que alguien lo considere hacer trampas. ¡Pero de eso nada! Si Goodreads acepta los cómics y manga, yo también. ¡Ale, ya lo he dicho!
Dejando este tema aparte, centrémonos.
Vuelvo con Warhammer. Sí. Y es una colección diferente. Sí. Voy dando tumbos por ahí. Después de todo, sigue siendo el mismo universo.
En esta ocasión ha pasado ya mucho tiempo desde la Herejía de Horus, y los Marines Espaciales empiezan a escasear. Esto es debido a los tiempos de paz que se viven, además de estar ya escarmentados de lo acontecido durante la herejía. Paz es igual a menos armas. Aunque siguen habiendo refriegas y alguna que otra pelea en la frontera del Imperio, pero no tienen mucha importancia. De hecho el libro empieza con una de ellas. Parte del capítulo de los Puños Imperiales ha ido al planeta de Ardamantua a enfrentarse contra una plaga de chromos (unas criaturas que me recuerdan a los bichejos del papel, estos plateados chiquitines que están por casa y se lo comen todo, pero en este caso de dos metros de altura). Sin embargo, estando en plena batalla ocurren ciertos fenómenos extraños que desconciertan a todo el mundo. Y por misterios de la vida, la flota que se encuentra en órbita empieza a sufrir problemas y los que están en tierra van muriendo unos detrás de otros. El planeta se está muriendo, pero desconocen la razón. Mientras tanto, en Terra, hay líos políticos (y dónde no los hay) entre los Altos Señores. En la ficción es interesante ver los tejemanejes de unos y otros, pero en la vida real desearías matar a muchos. Los intereses de la Armada, la Inquisición, el Oficio Asesinorum y demás intentan mover las fichas en esta partida de ajedrez, pero verán que deberían haberse centrado en el bien del Imperio y no en ellos mismos, porque acaba mal. Muy mal.
A ver, no considero que esté chafándote la historia teniendo en cuenta que es una saga y, por tanto, el conflicto principal se dilatará hasta el msimísimo volumen final. Digamos que, en este número, empiezan los problemas.
No ha estado mal, la verdad, pero como empecé leyendo historias de la Herejía de Horus, pues echado un poco de menos a los primarcas, más que nada porque los consideraba personajes muy característicos, todos tenían una historia interesante que contar. Pero todo sigue estando en su salsa: los capítulos, el Palacio de Terra, los diferentes Oficios y Adeptus... Es el universo Warhammer.
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