Durante estos últimos meses se me han ido cumulando las lecturas, y ahora me hallo con dos libros esperando para hacer su gran aparición en el blog. De momento, empezaré por este: Mirror Mirror, de Cara Delevingne.
A principios de mayo me tomé unos días de descanso (bien merecidos, cabe decir) y me fui a Londres a visitar a una compañera de trabajo que ahora vive y trabaja allí. La verdad es que me lo pasé muy bien, fueron unos días de tranquilidad y sosiego muy necesarios. Un cambio de aires nunca viene mal. Y, bueno, estando allí hablamos de muchísimas cosas que teníamos pendientes, y también de libros, un tema de conversación que siempre surge conmigo. Fue entonces cuando me recomendó este libro y, como lo había acabado de leer, me lo prestó.
Reconozco que me llamó la atención, principalmente por su autora, la modelo y actriz Cara Delevingne. No sabía que también escribía y me picó la curiosidad. Lo que me inquieta un poquitín es que el nombre de la autora sea mucho más grande que el título, pero oye, que sí, que sé por qué lo han hecho: puro marketing. Obviamente ponen el énfasis sobre la autora por ser un personaje famoso, bien conocido por todos, porque eso es lo que en realidad hará que se venda. Me recuerda un poco a la publicación de Harry Potter y el legado maldito, en cuya portada hicieron algo parecido: aunque no lo escribió la autora original de Harry Potter, J. K. Rowling, bien que pusieron su nombre con letras más grandes que las del autor real, Jack Thorne. Pero no voy a profundizar en el tema, así que pasaré directamente al libro que nos atañe.
La historia se centra en un grupo de adolescentes bastante dispar en la capital del Reino Unido. Son estudiantes que nunca habrían tenido relación alguna entre ellos de no ser porque les obligan a unirse para un trabajo de clase. Tienen que formar un grupo de música y componer un par de canciones, pero lo que empieza como un proyecto termina generando unos lazos de amistad férreos. Por desgracia, llega el día en el que una de las chicas, Naomi, desaparece. Esto hace que el grupo de amigos tenga que lidiar con su ausencia, con la duda de si algún día la llegarán a encontrar, viva o muerta, y, además, soportar sus duras situaciones familiares, desde hermanos en la cárcel hasta madres alcohólicas o padres ausentes.
No es que sea una joya de la literatura contemporánea, pero se deja leer. Está escrito de un modo muy ameno, bastante coloquial, y tan fácil de entender que no puedes evitar empatizar con los personajes. Es bastante angustioso por todos los problemas que plantea y que aparecen de modo constante en la narración, pero es comprensible: cuando se es adolescente, todos los problemas se agigantan y parecen alcanzar niveles estratosféricos, aunque en realidad no sean tan importantes. Es una novela para adolescentes total, y además algo previsible. Tal vez si lo hubiese leído en mi época de instituto me habría gustado más, pero qué le vamos a hacer, no puedo volver atrás en el tiempo (ni quiero, madre mía). Lo recomiendo como lectura ligera, sí. Así en general, está bien.
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