31 de diciembre de 2016

El sopor de los anillos, Henry N. Beard & Douglas C. Kenney

Pues aquí, aprovechando las últimas horas del última día del año 2016 para escribir una entrada en el blog sobre el último libro del año. Lo siento, todavía tengo pendiente terminar uno, pero tendrás que esperarte al mes que viene. Al menos, lo he intentado.

Este libro lo descubrí a principios de este mes de diciembre, cuando fui a Barcelona por motivos de estudios y me pasé un ratejo por la librería Gigamesh, más conocida como "el paraíso de los frikis". Y lo que en un principio iba a ser un ratejo se convirtió en tres horas. Suele pasar. Especialmente cuando visitas una tienda tan increíble como esta de uvas a peras. Hacía unos tres o cuatro años que no visitaba la ciudad condal, así que tuve que aprovechar el tiempo perdido. Curiosamente, no llegué a comprar el libro. Me sentí tan abrumada por todas las maravillas que vi que me fui con las manos vacías. Una vez volví a casa, le mencioné el libro a un amigo y, fíjate qué casualidad, me dijo que él lo tenía y que podía prestármelo. No lo dudé ni por un segundo, necesitaba leerlo y ver con mis propios ojos cuáles eran las intenciones de esta parodia. Entretener, obviamente, y homenajear a J.R.R. Tolkien, tampoco hace falta ser un genio para verlo. Pero la verdadera cuestión es: ¿realmente es divertido? ¿Qué clase de chistes, juegos de palabras y bromas hacen para lograrlo?


A ver, la historia es la misma que El señor de los anillos, eso está claro, aunque ligeramente más breve (tres libros resumidos en uno, y, la verdad, nos hacen un favor haciendo esto. Si tuviesen que hacer una parodia tomo por tomo nos hartaríamos a la primera de cambio). Los personajes, las acciones y los lugares más importantes aparecen, así que genial. Los nombres de todos los personajes y todos los topónimos se han... adaptado, y son una fiesta continua, a cada cual más absurdo que el anterior. Para que veas el carácter del libro, te escribo aquí la inscripción en lengua "élfica" que posee el Anillo:

Este Anillo y ningún otro, es la obra de los Elfos
venderían a su madre para tenerlo de nuevo.
Soberano de Mortales, de Grelos y del Jamón;
si lo luces en el dedo, queda de lo más fardón.
Único Anillo que tiene un Poder Omnipotente:
todo lo que tú le mandes lo cumplirá mismamente.
Si lo rompes o lo fundes, no podrá ser reparado;
de hallarlo, mándalo a Saurion (los portes ya están pagados).

A ver, es que poco puedo contar sin chafarte nada. Como habrás comprobado tras leer la inscripción, todo es una coña: los nombres, el carácter de los personajes, los lugares, incluso toda la acción. Muy absurdo todo sin ninguna razón.

Es divertido, sí, pero hay fragmentos en los que parece que se hayan excedido un poco con el absurdismo y, la verdad, cansa. Está bastante bien, pero hay partes algo forzadas e insistentes que no tienen tanta gracia. ¿Recomendarlo? Pues sí, ¿por qué no? Pero una vez leído, pasa a otra cosa. No aporta nada nuevo. Te ríes un ratito y ya.

23 de diciembre de 2016

I am Slaughter, Dan Abnett

Este mes vengo cargadita. Llevo leyendo tres libros al mismo tiempo desde finales de noviembre y, de momento, he logrado acabar uno. Espero tener tiempo para poder terminar los otros dos y ofrecértelos aquí este mismo mes, aunque ya quede poquito para que acabe.
¿Tienes pensado iniciar algún reto relacionado con libros para el próximo año? Ya sabes, cosas como "Este año leeré diez libros" o "Me leeré dos libros al mes", y cosas así. Yo lo intento, animada siempre por el "Reading Challenge" que ofrece la página Goodreads (tienes el enlace en la columna de la derecha), pero siempre acabo engrosando la lista con manga. Técnicamente es igual de válido que una novela, pero como funciona a un ritmo diferente y va acompañado de ilustraciones, la lectura es más rápida y se pueden leer más en menos tiempo, puede que alguien lo considere hacer trampas. ¡Pero de eso nada! Si Goodreads acepta los cómics y manga, yo también. ¡Ale, ya lo he dicho!
Dejando este tema aparte, centrémonos.

 
Vuelvo con Warhammer. Sí. Y es una colección diferente. Sí. Voy dando tumbos por ahí. Después de todo, sigue siendo el mismo universo.
En esta ocasión ha pasado ya mucho tiempo desde la Herejía de Horus, y los Marines Espaciales empiezan a escasear. Esto es debido a los tiempos de paz que se viven, además de estar ya escarmentados de lo acontecido durante la herejía. Paz es igual a menos armas. Aunque siguen habiendo refriegas y alguna que otra pelea en la frontera del Imperio, pero no tienen mucha importancia. De hecho el libro empieza con una de ellas. Parte del capítulo de los Puños Imperiales ha ido al planeta de Ardamantua a enfrentarse contra una plaga de chromos (unas criaturas que me recuerdan a los bichejos del papel, estos plateados chiquitines que están por casa y se lo comen todo, pero en este caso de dos metros de altura). Sin embargo, estando en plena batalla ocurren ciertos fenómenos extraños que desconciertan a todo el mundo. Y por misterios de la vida, la flota que se encuentra en órbita empieza a sufrir problemas y los que están en tierra van muriendo unos detrás de otros. El planeta se está muriendo, pero desconocen la razón. Mientras tanto, en Terra, hay líos políticos (y dónde no los hay) entre los Altos Señores. En la ficción es interesante ver los tejemanejes de unos y otros, pero en la vida real desearías matar a muchos. Los intereses de la Armada, la Inquisición, el Oficio Asesinorum y demás intentan mover las fichas en esta partida de ajedrez, pero verán que deberían haberse centrado en el bien del Imperio y no en ellos mismos, porque acaba mal. Muy mal.
A ver, no considero que esté chafándote la historia teniendo en cuenta que es una saga y, por tanto, el conflicto principal se dilatará hasta el msimísimo volumen final. Digamos que, en este número, empiezan los problemas.

No ha estado mal, la verdad, pero como empecé leyendo historias de la Herejía de Horus, pues echado un poco de menos a los primarcas, más que nada porque los consideraba personajes muy característicos, todos tenían una historia interesante que contar. Pero todo sigue estando en su salsa: los capítulos, el Palacio de Terra, los diferentes Oficios y Adeptus... Es el universo Warhammer.

13 de noviembre de 2016

Yerma, Federico García Lorca

Es poco habitual en mí leer literatura española, la verdad, pero tras leer este libreto creo firmemente que debería hacerlo más a menudo. Primero porque de este modo nutro mi propia lengua y, segundo, porque poseemos verdaderas joyas de la literatura que no valoramos lo suficiente. Ya ves qué conclusión más grandilocuente he tenido.

Y es que no me compré este libro porque fuera fan de García Lorca, de la literatura española y de mi tierra, pero tras leerlo he visto lo ciega que he llegado a estar en varias ocasiones. Siempre pensamos que lo ajeno y extranjero es mejor, y no siempre es así. Debemos aprender también a encontrar nuestras propias virtudes y la belleza que esconde nuestra apariencia sencilla.



Yerma es una obra de teatro de Federico García Lorca. Es cortísima (al menos, para ser leída) y se puede leer de un tirón. Su tema principal es la esterilidad, la incapacidad de engendrar un hijo y la desazón que esto provoca en una mujer que sólo desea lo que no puede tener. Yerma es la protagonista, una mujer de campo que, tras casarse, sólo piensa en tener un hijo, pero ese deseo se ve una y otra vez frustrado. Este anhelo que no encuentra descanso atormenta su mente y su alma, y digamos que la conduce a la locura. Sin duda alguna la desesperación es palpable.
Me encanta este sentimiento desgarrador y furioso que envuelve la historia, y no me digas que no te encanta la frase que han escogido para ilustrar brevemente la solapa del libro: "Es a ti a quien busco día y noche sin encontrar sombra donde respirar. Es tu sangre y tu amparo lo que deseo". Sublime.

Compré el libro porque forma parte de una pequeña colección literaria encuadernada al estilo biblia y de la que ya he hablado en otra ocasión, de la editorial Treviana. Este ejemplar en concreto es el número cuatro, y creo que ya sólo me faltan dos (o tres, no estoy segura) para finalizarla. Bien por mí. Esta es la razón por la que he acabado leyendo esta perlita escondida entre las rosas, y me alegro de haberme hecho con ella, porque es así cómo se descubren cosas que se desconocen por pura ignorancia.
Me ha animado a leer más cosas no solo de Federico García Lorca, sino también de la literatura española. Por lo visto, esta obra de teatro forma parte de una trilogía, conocida como "trilogía lorquiana", compuesta por Yerma, La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre. ¿Quién no se ha leído La casa de Bernarda Alba en el instituto? Un clásico entre los clásicos. Me gustó, de verdad, así que solamente me falta Bodas de sangre para completar la trilogía. Espero poder hacerme con ella en breve.

20 de octubre de 2016

Tender is the Night, F. Scott Fitzgerald

Sé que la última entrada es del mes de agosto, y he intentado no tardar tanto en escribir, pero... Sí, la misma excusa de siempre. No voy a extenderme con eso, porque lo sabes de sobra. Pero lo que cuenta es que, aunque tarde, siempre vuelvo, ¿no?

Hoy te traigo el libro que me regaló por mi cumpleaños mi amiga A. (la mantendremos en el anonimato para proteger su privacidad, por si acaso). Fue algo inesperado, una sorpresa en toda regla, y aprecio mucho el gesto que tuvo conmigo.
Como verás en la fotografía, está un poco... maltrecho, podríamos decir. Es lo que tiene ser de segunda mano: una vida apasionante rodando de mano en mano y de estante en estante, una suerte de la que pocos pueden alardear. Lo he leído en inglés, su idioma original, pero lo puedes encontrar en las librerías y bibliotecas de España (e imagino que Latinoamérica) con el título Suave es la noche.


Reconozco que al principio me sorprendí. Pensé: "¿Y por qué me regala un libro de Fitzgerald, si nunca hemos hablado de él?". Cierto, sí, pero... ¿por qué no? Si te soy sincera, creo que esta ha sido la forma de congraciarme con este autor, porque... te cuento. En la universidad me obligaron, en cierto modo, a leer El gran Gatsby, y eso fue lo que hice, aunque a regañadientes. Claramente ese malestar se trasladó al libro y no lo disfruté en absoluto. Es cierto. El gran Gatsby no me gustó, y desde entonces guardaba cierto rencor hacia nuestro amigo Francis. Es lo que ocurre cuando te obligan a hacer algo que no quieres, está constatado desde los años de instituto. Sin embargo, reconozco que no he sufrido tanto con este libro. Francis, me disculpo.

La historia transcurre a finales de los felices años veinte, en la riviera francesa, y los protagonistas forman parte de cierta élite social americana que disfruta de su holgura económica viajando de acá para allá, celebrando fiestas y, en general, disfrutando de la vida sin ninguna obligación que les aferre a nada en absoluto. Curiosamente, el protagonista, Dick Diver, es un médico con... más bien poco dinero, pero que cuenta con un futuro prometedor. Mientras termina sus estudios en Europa, conoce a Nicole. Esta chiquilla, que a penas llega a la mayoría de edad, es paciente suya en un sanatorio mental. Al principio sólo tontea con ella pero, tras conocer las razones por las que ha acabado en un sitio así, y por recomendación de un colega suyo, termina casándose con ella. Pasan los años, y su relación parece ser idílica, perfecta, maravillosa... hasta que aparecen ciertos personajes que sacuden sus cimientos y dejan patente que todo lo que han construido juntos corre el peligro de desmoronarse por falta de solidez.

Creo que, si hubiese dependido de mí, ni se me habría pasado por la cabeza leer este libro. Seguiría en el estante de la tienda, esperando a que alguien le diera vida de nuevo. No obstante, eso es lo bueno de los regalos inesperados: que puedes descubrir cosas nuevas. Y con este libro he hecho las paces con Fitzgerald y reconozco que fue muy buen escritor. Es una época ciertamente interesante, aunque no acaba de gustarme la frivolidad de la sociedad que retrata. A pesar de ello, recomiendo su lectura. Ya sea con este libro con El gran Gatsby o cualquiera de sus historias cortas, seguro que encuentras algo que te pueda gustar.

25 de septiembre de 2016

Miles de gracias

Esta vez no vengo a ofrecerte ningún libro ni ninguna reflexión literaria carente de base y fundamento.
Hoy sólo quería agradecerte a ti, lector habitual u ocasional que te has topado alguna vez con este blog, que hayas echado un vistazo en algún momento a mis pérdidas de cordura, mis obsesiones y a mis disertaciones vacías y sin importancia.

El blog cuenta ahora con mas de mil visitas, esparcidas por todo el globo y realizadas durante más de un año, si no me equivoco.

Gracias por haberte pasado por aquí en uno de esos días en los que, buscando cualquier otra cosa, llegaste sin querer y leiste unas pocas palabras sobre literatura. Espero que nos volvamos a encontrar de vez en cuando.

5 de agosto de 2016

Legion of the Damned, Rob Sanders

Ha llegado agosto, julio ha pasado como si fuera mayo, y vuelvo a resurgir de entre las sombras para... no salir demasiado al sol, por si me quemo.
Estoy de vuelta de un modo similar a junio: he acabado un proyecto grandote, ha pasado un mes sin escribir entrada y el libro está en inglés, pero saldrá en español pronto, supongo que para antes de navidad. Y, una vez más, se trata de Warhammer.
La verdad es que le estoy cogiendo el gustillo. Una vez conoces el mundillo resulta más fácil de seguir y empiezas a entender todo el universo que hay ahí montado, porque no todo es pega, pega, pega, muere, muere, muere.


En esta ocasión traigo Legion of the Damned, de Rob Sanders. Lo que viene siendo lo mismo que La legión de los condenados. A diferencia del anterior, este pertenece a la serie Space Marine Battles, y transcurre en un milenio posterior a la Herejía de Horus. Sin embargo, como todo en esta vida, en cierto modo está todo conectado. Ya verás. Pero aquí voy a ser muy breve y concisa.

En esta ocasión, el mundo de Certus Menor se ve amenazado por el Colerocausto, una flota inmensa formada por demonios, cultistas, Adeptus Astartes traidores y demás malotes que se dedica a seguir el cometa Keeler allá por donde va y a destruir los mundos por los que pasa. Esta vez son los Excoriators los encargados de defender ese mundo e intentar abatir al Colerocausto (algo que nunca ha ocurrido y difícilmente serán capaces de hacer teniendo en cuenta que solo son cuatro gatos). Zachariah Kersh, recién nombrado capitán-corpus de la Quinta Compañía tras ganar el Festín de Espadas, se ve en la obligación de asistir a la población del mundo cementerio, a pesar de no tener el apoyo de su compañía y tener la certeza de que nadie, absolutamente nadie, va a sobrevivir al ataque.

Hay muchísimos detalles que no he especificado, pero si los explico estaría contando el libro de pe a pa y eso, ¡ESO!, no pienso hacerlo. Quiero que lo leas tú... Cuánta maldad...
Solo diré una cosa: digo que está relacionado con Traidor porque también aparecen los Devoradores de Mundos y el dios sanguinario Khorne. Y me encanta que se hagan referencias de este tipo, especialmente si las puedo entender (pues como todos, ¿no?).

No me ha desagradado, pero le encuentro una pega. Excepto en tres ocasiones, todo el libro sigue los pasos del, vamos a decir, protagonista. Solo hay tres momentos (contados, ¿eh? Tres) en los que se desvía y narra desde el punto de vista de otro personaje o se encuentra en un escenario diferente. En Traidor o Angel Exterminatus, van contando la historia saltando de un personaje a otro, de un bando a otro, de un escenario a otro... Hay variedad, hay cambios. Te refresca el cerebro. En cambio, en este libro, no hace más que centrarse en el mismo personaje y seguirle allá donde va, y al final cansa. Habrá a quien le guste o no le desagrade esta forma de narración, pero a mí, bueno, esta vez me ha aburrido un poco.

Puedo asegurarte que ya estoy de vacaciones (¡por fin!) e intentaré ponerme manos a la obra para ofrecerte algún otro título este mes pero, como siempre... ¡no prometo nada! Hay mil cosas que quiero hacer y parece que ya no tengo tiempo. Tengo empezados un par de libros. A ver si puedo terminarlos este mes.

11 de junio de 2016

Betrayer, Aaron Dembski-Bowden

¿Me creerás si te digo que hace semanas que ansío escribir en el blog?
Pues deberías, porque es la verdad. He estado trabajando a destajo este último mes y pensaba que no podría ofrecerte ningún libro en junio, tal y como me pasó en mayo, pero... ¡descubrí que no!
Esta vez te traigo un libro relacionado con mi trabajo. Se trata del número 24 de la colección La Herejía de Horus, de Warhammer.


Siento no traerte la portada esta vez, pero lo leí como e-book y no llevaba portada alguna. Lástima. Sin embargo, si te resulta familiar este tipo de lecturas sabrás como suelen ser las ilustraciones: épicas, con mucho movimiento, colores vibrantes y sangre.
No es el primer libro de Warhammer que me leo, la verdad, aunque sí que es el primero que me leo entero. No es porque los anteriores no me gustasen, simplemente me quedé por el camino y olvidé retomarlos. Supongo que algún día los acabaré.

En este número, la acción se centra en tres capítulos de Marines Espaciales: los Devoradores de Mundos, los Portadores de la Palabra y los Ultramarines. Los dos primeros, partidarios de Horus y su rebelión contra el Imperio, viajan a través de Ultramar para aniquilar y destruir todos los mundos que están bajo el dominio de los Ultramarines, capítulo que se mantiene leal al Emperador.
Está dividido en dos partes: en la primera, atacan el mundo de Armatura y, en el segundo, Nuceria. Lorgar, señor de los Portadores de la Palabra, un erudito muy místico, está componiendo la canción de la disformidad para poder atraer los poderes de los Cuatro Dioses del Caos al mundo material mientras Angron, señor de los Devoradores de Mundos, gladiador y combatiente algo asalvajado, intenta no sucumbir bajo los maquiavélicos Clavos de Carnicero, que le están destruyendo el cerebro y le hacen perder el control de su cuerpo y mente. Y mientras tanto, batallas, naves espaciales, sangre y muerte por doquier.

No soy una aficionada a las figuritas ni nada, pero reconozco que las novelas son bastante entretenidas. Tampoco soy una experta en este tema, sinceramente, pero le estoy cogiendo el gustillo. Ya sé que, ya puestos, debería haber empezado por el primero de todos ellos, Horus, señor de la guerra, pero cayó en mis manos este. No me juzgues, algún día lo leeré (o eso espero hacer).
La verdad es que es un tipo de fantasía épica/aventura/ciencia-ficción (¿cómo lo catalogan?) que al principio puede desconcertarte, especialmente si no conoces el universo en el que transcurre toda la dilatada y detallada historia, pero si decides comenzar en este mundillo, pues no está nada mal.
Por si te lo preguntas, lo leí en inglés, porque a España no llegará hasta septiembre, según tengo entendido.

2 de mayo de 2016

Correspondencia (1945-1970), Yasunari Kawabata y Yukio Mishima

Buenos días, ¿cómo va eso?
Esta vez me he esforzado por acabar el libro antes de que llegara mayo, de veras que sí, pero, como siempre, entre unas cosas y otras el tiempo se me ha echado encima y, bueno, no ha sido posible. Aún así, sólo llevamos dos días de mayo, tampoco se me ha ido mucho el tiempo. Aunque sé que a ti te da igual, ¿verdad? Lo que cuenta es que hay entrada de blog nueva.

Aun a riesgo que parecer monotemática, el libro que nos ocupa esta entrada combina a dos de mis escritores japoneses favoritos y de los que ya he hablado en más de una ocasión en este blog: Yasunari Kawabata y Yukio Mishima. El libro es una recopilación de cartas que, durante 25 años, estuvieron intercambiando estos dos escritores. Sí, me he fijado, en este blog hay un sinfín de recopilatorios y compendios literarios. No, no lo he hecho a propósito, ha sido pura casualidad, y empiezo a sospechar que, inconscientemente, favorezco este tipo de lecturas, pero... ¿qué le voy a hacer? Me ha venido así la cosa. Sigamos.


Si no lo he explicado en otras entradas, lo explicaré un poco en esta: Kawabata y Mishima son dos de los escritores más importantes en la literatura japonesa del siglo XX. Siendo muy joven y un escritor en ciernes, Mishima le escribe una carta a su autor favorito, Kawabata, y así empezaría una bonita relación, tanto profesional como personal, que duraría 25 años, hasta el suicidio de Mishima en 1970.
El joven escritor muestra en todas y cada una de las cartas un respeto y una admiración extremos; por su parte, Kawabata expresa a su vez humildad ante tal devoción y asombro por el gran talento que ve en el joven.
Al principio la relación parece ser de discípulo y maestro, pero una vez Mishima consigue su lugar en el mundo literario, su amistad se extiende y se expande más allá de la de dos compañeros de profesión, con gustos similares y que sienten admiración mutua: se convierten en amigos, cómplices y grandes conversadores.
Parece un tanto soprendente que dos personas tan diferentes hubieran podido llegar a fraguar una amistad tan profunda y sentida: por un lado, Kawabata es un hombre ya anciano con problemas de salud reiterados, tranquilo, apacible, un observador de la vida; por otro lado, Mishima es un hombre joven, activo, amante de la vida, que rinde culto al cuerpo y no duda en enfrentarse a la sociedad que detesta. Son dos polos opuestos que se sienten atraídos por el mismo ideal de belleza y el amor por la palabra escrita.
Ambos eran escritores muy activos en su época. Escribían relatos que publicaban en revistas literarias tanto semanales como mensuales, participaban en sociedades y grupos de letras, y, precisamente por eso mismo, viajaban muchísimo, tanto dentro del mismo Japón como por el resto del mundo.

Leer estas cartas me ha proporcionado una visión más amplia de quíenes eran. Como seguidora de sus obras, me ha gustado mucho asomarme cual voyeur a su estilo de vida, a sus actividades, a sus pensamientos más íntimos, y así he podido comprender mejor, aunque sólo fuera un poquitín, a las personas que había detrás de los libros que tanto amo. ¿No te pasa a ti? Cuando te gustan varios libros de un mismo autor, ¿no ardes en deseos de averiguar más sobre esta persona? ¿No ansías conocerla más a fondo, saber lo que pensaba, el por qué escribía lo que escribía? ... No sé, igual es que yo soy muy cotilla, pero hay un puñado de autores que... me apasionan, y me encanta saber más sobre su vida, su época, sus costumbres.


8 de abril de 2016

El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto, Miguel Sosa

Sí, lo sé. No escribí en marzo. Y no sabes lo mucho que lo siento. Pero tengo una buena excusa (si la consideras buena, claro): trabajo. El mal de esta sociedad, tanto por su ausencia como por su abundancia. El mundo de las contradicciones.
Me embarqué en un proyecto más grande de lo habitual, que ha abarcado un mes entero enterito, y hace unos días que conseguí terminarlo. Os hablaré de él más adelante, porque también está relacionado con los libros, pero de momento no quiero adelantar acontecimientos. Ya se verá.
Bueno, ahora que me he quitado un gigantesco peso de encima, he podido volver a leer de nuevo y, por fin, he conseguido terminar el libro que nos ocupa hoy: El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto. Si te descuidas, el título es más largo que el libro en sí.
Este es uno de esos libros que te encuentras en la librería, lo coges porque el título llama la atención, le echas un vistacillo rápido en plan cotilla y lo vuelves a dejar en el estante. Sin embargo, esta vez yo no lo solté. Me picó la curiosidad. No sé si te pasará a ti también, pero, supongo que por deformación profesional, intento estar al día en lo que respecta a la lengua castellana, aunque en parte también se debe al interés que siento por las cosas curiosas de la lengua (o que yo considero curiosas, vamos). Esto de ver vocablos raros que nadie usa y que, sorprendentemente, alguien usó en alguna ocasión me parece de lo más interesante. Últimamente está muy de moda esto, ¿no? Lo de escudriñar y diseccionar la lengua, o eso me parece a mí. Lo dicho, igual es porque mi profesión está muy ligada a esto que, quizás, lo veo con asiduidad.
Bueno, ya dejo de dar vueltas a lo tonto.


Se trata de un libro pequeño, tal y como dice el título, en el que Miguel Sosa ha recopilado las 500 palabras del castellano que, según su criterio, han caído en el olvido, el desuso o la simple ignoracia, pero que siguen presentes en nuestra lengua. Son esas llamadas "raras", esas palabras que enriquecen nuestro idioma, dotadas de sonoridad y significado, y hay para todos los gustos.
Lo que más me gusta es la organización del libro: están ordenadas por orden alfabético, y cada entrada cuenta con el origen del vocablo, su significado (o significados) y un texto real en el que se ejemplifica su uso. Lo bueno de esto último es que puedes descubrir libros y autores nuevos, o no tan nuevos, con los que seguir tu ruta lectora.

Quisiera dejar constancia aquí de las tres palabras que más me han gustado del libro:
- grimorio: libro de fórmulas mágicas usado por los antiguos hechiceros. Explicación: una amiga mía, medio francesa, me preguntó en su momento si existía esta palabra, dado que en francés ya la había utilizado anteriormente y quería saber si en español también se usaba. Nada más verla, me acordé de ella.
- jeme: distancia que hay desde la extremidad del dedo pulgar a la del índice, separado el uno del otro todo lo posible. Explicación: poca explicación hay más que me resultó un dato curioso. El jeme de mi mano sería de unos 15 cm.
- lardoso: grasiento pringoso. Explicación: encontré relación directa con la serie "Los Simpson" y la tienda de rosquillas que le encanta a Homer, Lard Lad.

Me gustaría señalar también que me ha sorprendido encontrar términos que ya conocía, como cerúleo, súcubo o titilar. Por unos breves momentos me he sentido una persona culta de verdad, fíjate.

A mi parecer, es uno de esos libros que nunca sobran en las estanterías.

29 de febrero de 2016

Vestidos de noche, Yukio Mishima

Aquí estoy, viviendo al límite del mes para traerte una nueva lectura. Suerte que febrero cuenta con un día de más este año, cosa que ilustra Google con un tierno doodle con conejitos.
Sinceramente, nunce me imaginé que iba a estar tan ocupada como lo estoy estos últimos meses. A penas tengo tiempo para dedicarme a mis pasatiempos habituales, aunque no debería quejarme por ello. Estoy haciendo cosas que me gustan y eso es recompensa suficiente.

En esta ocasión, te traigo el cuarto libro que, hasta ahora, he leído de uno de mis autores japoneses favoritos: Yukio Mishima. Recapitularé con brevedad las obras que ya he leído, quizás conozcas alguna de ellas y así podríamos compartir impresiones, sería interesante.

- El rumor del oleaje
- El color prohibido
- Confesiones de una máscara

... y la que nos ocupa hoy: Vestidos de noche.

¡Espero no dejarme ninguno! Sería una grave falta por mi parte.


Compré este libro el año pasado en una librería de San Sebastián. Me encontraba yo ojeando los estantes cuando me encontré de frente con él. Entonces lo cogí y no lo solté hasta llegar a la caja registradora. No había oído hablar de él antes, así que sentí curiosidad por esta obra desconocida de mi venerado Mishima.

Y la historia cuenta lo siguiente:
Década de los sesenta, ciudad de Tokio. Ayako es una chica joven, hija de un empresario farmacéutico, aficionada a la hípica. En el club al que pertenece acuden muchos personajes de la alta sociedad, acaudalados y con importantes influencias. Una de las amazonas más veteranas y talentosas, la señora Takigawa, es la viuda del antiguo embajador japonés en Londres, y aprecia enormemente a Ayako, por lo que decide organizar un encuentro para que conozca a su hijo Toshio, un joven apuesto, con porte elegante y amplios conocimientos en diversas materias. Los dos jóvenes parecen gustarse mutuamente y deciden comprometerse.
Todo parece muy bonito, pero en el fondo existe cierta tensión escondida entre las costuras.
A la señora Takigawa le encanta organizar fiestas con invitados de alta alcurnia y de gran poder social y económico, e intenta enseñarle a Ayako cómo organizarlas para que pueda continuar con esa tradición suya. Sin embargo, su hijo aborrece este tipo de fiestas y no tolera que su madre se inmiscuya en su relación e intente arrastrar a Ayako a ese mundo irreal en el que ella vive. Ayako se encuentra entre la espada y la pared: por un lado, quiere contentar a su suegra haciendo lo que ella quiere, mientras, por otro, no quiere hacer enfadar a su comprometido ni que este se enfade, a su vez, con la madre.

La personalidad de cada personaje es muy distintiva y queda muy clara desde el principio, al menos desde una perspectiva occidental.
La señora Takigawa es una mujer caprichosa, a quien le gusta llamar la atención, y acostumbrada a vivir en un mundo de pompa y circunstancia rodeada de la gente más refinada y acaudalada de todo el mundo. Toshio, en contraposición, es un chico  que disfruta viviendo a su manera. Siente la necesidad de liberarse del yugo económico de su familia (aunque en el fondo no le importe vivir de ese dinero) y está enamorado de la palabra "libertad". Ayako parece ser el prototipo de mujer sumisa, que quiere complacer a su marido y a la familia de este, que calla para no crear discordia y se deja llevar por los demás. Sin embargo, hay momentos en los que se muestra un tanto rebelde, pero siempre acaba apagando esa llama y siguiendo "las reglas".

A pesar de todos los rasgos negativos que estoy diciendo, el libro me ha gustado. La lectura es amena y nada pesada, es muy ligera. Además, no voy a decir nada, pero... el final... Uy, el final. Me dejó un poco trastocada. Hasta aquí puedo leer.

12 de enero de 2016

Cagando leches, Héloïse Guerrier y David Sánchez

Hola de nuevo. En la última entrada del blog ya te avisé que me volverías a ver muy pronto, y ahora entenderás por qué.
Tengo el placer de presentarte... la "segunda" parte del recopilatorio de expresiones castellanas Con dos huevos, titulada esta vez Cagando leches.
Poco hay que pueda contarte de este libro que ya no sepas tras leer la anterior entrada del blog. Se trata de la misma autora y del mismo ilustrador, aunque las traductoras al inglés y el francés son diferentes (mecachis). Aparecen otras muchas expresiones que nada tienen que envidiar a las del número anterior, como por ejemplo "marear la perdiz", "tirar la casa por la ventana" o "escurrir el bulto". Y, cómo no, tenemos a otro brillante autor de nuestra lengua ilustrando otra expresión muy pero que muy nuestra. En esta ocasión, mi querido Quevedo nos muestra muy explícitamente el título del libro.


... y ya está. No hay mucho más que contar. Es igual que el primer recopilatorio, pero con expresiones diferentes, claro está.
Me pregunto ahora qué podría leer para la próxima entrada... Algo que no sea tan breve como estos dos últimos libros.

9 de enero de 2016

Con dos huevos, Héloise Guerrier y David Sánchez

Buenas, visitante, y feliz año nuevo.
¿Cómo has empezado el año nuevo? ¿Con propósitos? ¿Metas que conseguir? ¿Ideas que llevar a cabo durante los próximos doce meses? Yo no. Soy demasiado perezosa para ello, me canso o me aburro enseguida y lo dejo todo a medias. Por suerte, sigo siendo bastante constante en lo que a este blog se refiere, y espero que siga siendo así durante más tiempo, la verdad. Sin embargo, si desaparezco durante más tiempo de lo que suelo desaparecer, no te sorprendas ni te asustes, porque probablemente será que me he cansado.

Mientras tanto, empecemos con el primer libro del año. Ha sido un regalo, al igual que otros cuatro libros que en breve aparecerán por aquí (sí, libros a tutiplén, qué delicia).


Mira Cervantes, qué bien sale en la portada. Bueno, se trata de un libro que explica e ilustra numerosas expresiones castellanas. Su título, como podrás ver, es Con dos huevos. Precioso.
Lo más destacable de este libro es que las explicaciones, además de estar en castellano, también están en inglés y en francés, lo que hace que sea perfecto para todo extranjero (que sepa alguno de estos tres idiomas) que sienta curiosidad por el origen de expresiones tan pintorescas como "dar el coñazo", "viejo verde" o "que te folle un pez". Además, no puedo ignorar lo que hace que este libro sea tan ameno y divertido: cada explicación viene acompañada por un dibujo que ilustra el sentido literal de cada una de las expresiones. Es hilarante. Sólo puedo felicitar a David Sánchez, el ilustrador, por un trabajo tan bien hecho.

No hay mucho que explicar de este libro. Es tal y como os he explicado, sin trampa ni cartón. Me pareció muy curioso y divertido, y la encuadernación es muy agradable, tanto a la vista como al tacto (especialmente al tacto).
Y no te pierdas esto: tiene una segunda parte que no tardaré en reseñar. Mantente alerta, que viene para acá.