31 de mayo de 2015

El vampiro, J. W. Polidori (Vampiros)

Por fin acabamos el recopilatorio que nos ha ocupado durante dos meses. Será John William Polidori el encargado de cerrar el tema de los vampiros durante un largo tiempo. Creo que once historias sobre el mismo tópico son bastante, por ahora. Aún así, si prefieres que siga hablando de chupasangres sólo tienes que decírmelo y buscaré más lecturas de este tipo. La duda de siempre ha llegado: ¿cuál será el próximo libro? Bueno, de momento hablemos de lo que hemos venido a hablar, ya nos lo preguntaremos más tarde.

Este relato nace al mismo tiempo que el Frankenstein de Mary Shelley, durante una tormentosa noche de verano en 1819 cuando un grupo de amigos (Byron, Polidory y Shelley entre ellos), tras leer historias de terror, decidieron escribir ellos una. Mary creó al famosísimo monstruo de Frankenstein y Polidori, El vampiro, relato que nos ocupa ahora. El cuento pasó bastante desapercibido, pero es una lectura agradable. Así fue cómo se creó el concepto de vampiro romántico que llega hasta nuestros días.

En las fiestas de sociedad de la ciudad de Londres, todo el mundo parece fascinado por lord Ruthven, un caballero hierático, de porte elegante y palidez en el rostro. Provocaba en las mujeres tal atracción que muchas damas de gran posición se dejaban llevar por los impulsos y deseaban abandonarse al adulterio. Sin embargo, él sólo demostraba interés por las jóvenes virtuosas e inocentes. Una noche entra en escena Aubrey, un joven huérfano poseedor de una gran fortuna y criado entre novelas, con los pies en las nubes. Al ver a lord Ruthven, Aubrey lo imagina como uno de los héroes románticos que tanto idolatra e intenta trabar amistad con él. Le comenta que desea realizar un viaje por el continente europeo, y al momento el caballero le invita a llevarlo a cabo con él. El joven acepta sin dudarlo y se embarca en lo que le parece que es una aventura intrépida y apasionante, a la vez que deja tras de él a su hermana, que aún no ha hecho su presentación en sociedad. Cruzan medio continente, y Aubrey tiene la oprtunidad de ver el verdadero carácter su idealizado héroe: un hombre abandonado al dinero y al placer sin ningún tipo de reparo ni escrúpulos. Por ello decide separar sus caminos y dirigirse a Grecia, tierra de historias épicas convertidas en ruinas. Allí se hospeda en una casa junto con una muchacha vigorosa, Ianthe, que le sirve de guía y con quien traba una bonita amistad. Los griegos le cuentan historias de vampiros y le instan a no abandonar el hogar al anochecer. Al principio se jacta de dichas historias, pero pronto se percata de que la gente se lo toma muy enserio, por lo que intenta seguir sus consejos. Sin embargo, un día sale a caballo para investigar unas ruinas y la noche cae sobre él mientras volvía. Mientras cruza un bosque, oyé los gritos de una mujer y decide ir en su ayuda. Llega a una casita, y, al entrar, algo sobrenatural lo golpea e intenta matarlo, pero un grupo de antorchas se lo impide, pues huye de la cabaña. Fue entonces cuando Aubrey pudo ver que el cadáver de la mujer atacada pertenecía a su guía Ianthe. El joven cae enfermo ante tal tragedia. Días más tarde, lord Ruthven aparece junto a él y, haciendo gala de una compasión y cariño inusuales en su persona, decide ayudarle. A pesar de recuperar la salud, Aubrey se vuelve un hombre taciturno y, acompañado por lord Ruthven, emprende la marcha hacia zonas de Grecia que nunca habían pisado antes. Durante su viaje, los atacan unos bandidos y lord Ruthven acaba herido. Aubrey socorre al moribundo, y este le pide que salve su honor haciendo un juramento. Lord Ruthven le pide que no diga nada de lo que sabe sobre su vida, que no le cuente a nadie nada sobre él, a lo que Aubrey no puede negarse. La muerte cae sobre lord Ruthven y Aubrey decide volver a casa junto con su hermana. Se decide a enterrar a su compañero antes de partir, pero no encuentra el cuerpo en ninguna parte. Además, al volver a casa, una noticia lo deja frío. ¿Qué ha pasado con el cuerpo de lord Ruthven? ¿Cuál es la noticia con la que casi pierde el juicio?

Para ser un relato tan corto, me he extendido bastante. Quería despedir por todo lo alto a nuestros compañeros nocturnos que tan buenos ratos me han dado estos meses. ¿Te han gustado las historias?

28 de mayo de 2015

Berenice, Edgar Allan Poe (Vampiros)

Hace unos años me compré un tocho de libro en el que estaban recopilados todos (o, almenos, eso creo) los cuentos que Edgar Allan Poe había escrito en su corta y trágica vida. Desde El escarabajo de oro hasta El gato negro, pasando por El pozo y el péndulo, La caída de la casa Usher o El cuervo, el libro estaba bastante completito. Me gustó muchísimo, pero reconozco que me los leí con tanta prisa que, siendo sincera, ya no me acuerdo de casi nada. Algunos incluso no llegué a comprenderlos del todo. Pues fijaos cuál fue mi sorpresa cuando me encontré con el cuento titulado Berenice en el recopilatorio de vampiros del que llevo hablando dos meses. No recordaba haber leído nada relacionado con vampiros en los relatos de Poe, y, la verdad, sigo sin encontrar la relación. Bueno, miento, en cierto modo entiendo por qué lo han incluído de esta recopilación, pero... no acaba de convencerme del todo. Aún así, el relato es precioso. Preciosamente terrorífico. Como Poe manda, sí señor. Te cuento...

El narrador es Egaeus, un joven enfermizo dedicado a los libros. Cuenta (con mucha palabrería poética, como es el estilo de Poe) que tiene una prima, Berenice, que es todo lo contrario a él: jovial, alegre, sana. Los dos primos se llevan de maravilla a pesar de ser tan diferentes el uno del otro. De repente, Berenice cae enferma y le diagnostican epilepsia, que en ocasiones termina en catalepsia (esto es, cuando alguien parece estar muerto,pero realmente no lo está). Egaeus descubre que ella siempre ha estado enamorada de él, y, sin saber muy bien por qué, le pide en matrimonio. Estando en la biblioteca leyendo, Egaeus ve ante él lo que parece ser el espectro de su prima. Digo espectro porque es así, con  un semblante más bien tétrico, a pesar de seguir viva. Este le sonríe, y entonces Egaeus queda prendado de aquella hilera de dientes de marfil, perfectos y blancos. El espectro desaparece, pero la imagen de los dientes sigue presente en la mente del joven. Momentos más tarde, le anuncian que Berenice ha muerto. Tras el entierro, Egaeus se despierta en la biblioteca sin recordar nada de lo que ha hecho desde el entierro hasta la noche. Su única pista es una cajita sobre su escritorio. ¿Qué le ha pasado? ¿Qué hay en esa cajita? Ay, amigo, si los muertos hablaran...

 Es un relato genial, terrorífico, escalofriante. Ya conoces la reputación de Poe, es el maestro del terror. Sin embargo, lo siento, pero no entiendo por qué han añadido este relato en la recopilación, porque vampiros, lo que se dice vampiros, no aparece ninguno. Pero bueno, prefiero que lo juzgues tú mismo. Hazme saber tu opinión una vez hayas leído el cuento. Además, te recomiendo todos los cuentos de nuestro amigo Edgar, no tienen desperdicio. Alguno te parecerá un rollete, pero en general todos son magníficos. Y su estilo es impecable. Muy elaborado y un poco rococó. Me gusta.

25 de mayo de 2015

El horla, Guy de Maupassant (Vampiros)

Y llega a nuestro blog el señor Henry René Albert Guy de Maupassant (cómo gustaban los nombres largos). El relato se titula El horla, pero no sé muy bien por qué se utiliza dicho nombre para referirse a un vampiro. Además, el llamado horla en la historia no acaba de ser un vampiro realmente o, al menos, como nosotros lo conocemos.

Escrito a modo de diario, el protagonista es un hombre francés que vive plácidamente junto con algunos criados a la vera del río Sena. Todo es perfecto y maravilloso hasta que empieza a notar cambios en su salud y actos inexplicables en su casa. Cada vez se encuentra peor y decide irse de viaje. Por lo visto el viaje le sienta muy bien, pues vuelve más animado y jovial, sin embargo, uno de sus criados parece haber adquirido la enfermedad de la que antes se aquejaba su amo. Pasan los días y vuelve a sufrir dicha enfermedad, para lo cual decide volver a irse de viaje una temporada y, además, consultar a un médico. Vuelve a casa y entonces empiezan a ocurrir cosas que antes no pasaban como, por ejemplo, mientras duerme siente que alguien lo estrangula fuertemente, aunque sin llegar a matarlo, y que el agua que deja en su mesita cada noche desaparece al día siguiente. Una noche realiza una prueba: deja al lado de su cama agua, leche, algo de pan y queso, y un poco de fruta y, a su vez, cierra la puerta y las ventanas con llave. Esa misma noche vuelve a sentir una fuerza sobre su cuello, y al despertar encuentra que sólo el agua y la leche han desaparecido, mientras que el resto sigue intacto. Con el paso de los días percibe a su alrededor una presencia desconocida, pero que no puede ver físicamente, en especial cada noche cuando va a acostarse. Viaja a París para reflexionar, preocupado y obsesionado con averiguar el mal que ha caído sobre él. Allí acude a una sesión de mesmerismo (o hipnotismo, para entendernos mejor) y queda asombrado. Empieza a sospechar que él es la víctima de algún tipo de hipnotización, y, al volver a casa, decide tenderle una trampa al ser invisible que se está aprovechando de él.

No es la primera vez (ni será la última) en la que aparece el "mesmerismo" en un relato de estos, y me inquietaba un poco no saber qué era exactamente. Por eso, me he puesto manos a la obra y he buscado este curioso término. Por lo que he leído en varias fuentes (mesmerismo.com, Wikipedia y WordReference entre ellas), esta es la conclusión: "también llamado 'magnetismo animal', el mesmerismo es una doctrina del siglo XVIII basada en la existencia de una fuerza universal que fluye entre los individuos y los dota de vitalidad y energía". Toma el nombre de su mayor exponente y quien postuló dicha teoría, Franz Mesmer, quien lo aplicó como método psicoterapéutipo. Toda una falacia, la verdad, pues carece de base científica y, además, Mesmer lo utilizaba para fines comerciales. ¡Dineros a mí!

Por lo visto, H. P. Lovecraft se inspiró en este relato para escribir su obra La llamada de Cthulhu, lo cual me alegra muchísimo. Me gustaría leer esta obra algún día, porque Lovecraft es un gran escritor de terror. He tenido la oportunidad de leer algunos relatos suyos y son increíbles. Mira que el género de terror me da miedo (obvio, esa es la idea), pero son autores como él por los que vale la pena pasar un poquito de canguelo.

21 de mayo de 2015

Carmilla, Joseph Sheridan Le Fanu (Vampiros)

Con el relato de hoy volvemos a encontrarnos a la figura del vampiro en la mujer, esta vez con nombres y todo: Carmilla. Ya me leí esta historia el año pasado, pero me la he vuelto a leer para tenerla más fresca y porque, seré sincera, me gusta.

Laura es una chica que vive con su padre, el ama de llaves, la institutriz y algunos sirvientes en un castillo perdido allá por Austria. Viven prácticamente aislados del mundo, rodeados de bosques y con el pueblo más cercano a una millas de distancia. Rara vez reciben visitas. Sin embargo, un día llega un carruaje que, precisamente, se vuelca en la puerta del castillo. De su interior salen dos personas: una mujer y su hija. La madre ve con amargura el desastre y teme no poder llegar a su destino a tiempo, además de sufrir por la hija, que, debido al gran golpe, se había desmayado. Como ayuda, el padre de Laura le ofrece su castillo para que su hija se recupere y la espere a su vuelta. La mujer acepta su ofrecimiento y deja a su hija al cargo del buen hombre mientras ella se marcha con el carruaje. Sin lugar a dudas, las dos muchachas traban amistad enseguida, aunque, al principio, Laura siente tanto atracción como rechazo por la joven. Intenta averiguar cosas sobre ella, pero nunca le revela su procedencia, ni su apellido ni nada. Sólo sabe su nombre: Carmilla. A veces da muestras de un comportamiento insólito y extraño y, además, parece estar enamorada de Laura, lo que la perturba constantemente. En el pueblo cercano empiezan a morir chicas jóvenes, una detrás de otra, y todas parecen haber fallecido por la misma causa, atribuída a una enfermedad mental o de nervios que se propaga por el aire. Entonces Laura empieza a tener sueños y sensaciones que la inquietan, y cada vez se siente más frágil y cansada. A su vez, Carmilla actúa de un modo más y más desconcertante...

La primera vez que lo leí fue en la biblioteca de la universidad, donde había un ejemplar escondido en la estantería de literatura extranjera (si no recuerdo mal). Me extrañó un poco encontrarlo allí, más que nada porque soy una mojigata que piensa que estos libros suelen estar en librerías llenas de polvo escondidas en un callejón oscuro, mientras que, en realidad, te los venden en cualquier parte siempre y cuando pagues por ellos (esa parte es importante).

Por lo visto, tras investigar un poquito, la historia gusta tanto que se ha adaptado en numerosas ocasiones, tanto para el cine como la televisión, e incluso los cómics, la música, los videojuegos... Supongo que en la mayoría de ellos aparece como la amiga/amante/conocida/ayudante/sirvienta/papel femenino para rellenar del conde Drácula, el vampiro por excelencia. Aún así, creo que es un buen personaje y se le puede sacar mucho partido (¿más del que ya se le ha sacado?). Además, Le Fanu tiene mérito por incluir el tema del lesbianismo de una forma tan sutil, enmascarado por el ansia de sangre. Recomiendo este relato sin lugar a dudas.

17 de mayo de 2015

Vampirismo, E.T.A. Hoffmann (Vampiros)

Vaya, qué pronto he vuelto esta vez. ¡Sorpresa! Es que el relato del que hoy voy a hablarte era bastante corto, y además he tenido tiempo libre para leerlo, así que chachi piruli.
El título no deja nada a la imaginación, ya de entrada sabes qué te vas a encontrar. Por lo visto, Ernst Theodor Amadeus Hoffmann se quedó tan ancho poniéndole Vampirismo a un relato sobre vampiros necrófagos. Pero oye, fue su elección y está muy bien. Investigando un poco sobre él he descubierto que fue el autor de El cascanueces y el rey de los ratones, historia adaptada para ballet por Tchaikovsky, mi compositor favorito desde siempre. Cuando era pequeña, mis películas de animación favoritas eran, a parte de Dumbo, El cascanueces y El lago de los cisnes, las veía a todas horas gracias al maravilloso VHS, al que aún idolatro.

El relato habla del conde Hippolyt, un joven que acaba de heredar la fortuna de su padre, quien acaba de fallecer. En edad de contraer matrimonio, le recomiendan que visite la corte para buscar a la candidata perfecta para él, pero le importuna la visita de una vieja baronesa, que resulta ser un familiar lejano de su padre. Por lo que su difunto padre le comentó, se trataba de una mujer que más valía evitar a toda costa, pues era un ser desagradable a más no poder. El joven, al desconocer las razones por las que su padre despreciaba a la anciana y, además, por la bella y dulce hija que la acompañaba, la acepta en su castillo y les permite residir allí. Como puedes suponer, el chico se enamora de la muchacha, de nombre Aurelie, e intenta congraciarse con ella, lo cual no le resulta nada difícil, la verdad. Los dos tortolitos se comprometen y, justo cuando llega el día de la boda, ¡ay, misericordia!, la anciana fallece. ¡Chan, chan, chan! Y la pobre Aurelie empieza a padecer nerviosismo, angustia y terror por algo que Hippolyt desconoce. Preocupado por ella, acelera la celebración de la boda. Sin embargo, eso no modifica demasiado su conducta y la chica empieza a comportarse de una forma muy extraña. ¿Qué será lo que le acontece a Aurelie? Ay, sólo su madre lo sabe.

No sé tú, pero me parece que la mayoría de los vampiros que han aparecido en los relatos de los que hemos hablado son mujeres, ¿no es así? ¿O es cosa mía? Tiene gracia porque ahora, en la actualidad, en muchas de las historias vampíricas son los hombres los vampiros protagonistas. ¿Qué ha pasado, señoras y señores? ¿Qué prefieres: hombres vampiro o mujeres vampiro? ¿O ambos? ¿O te es indiferente? ¿O no te gustan los vampiros? ¿O no te gustan los hombres ni las mujeres? Preguntas que nunca serán respondidas, o tal vez tardarán un tiempo en ser contestadas. Siéntete libre de participar en la discusión.

14 de mayo de 2015

Vi, Nikolái V. Gógol (Vampiros)

¡Hola de nuevo!
El relato de hoy se titula Vi. Supongo que te preguntarás qué es un vi, porque yo me lo pregunté. Nunca había oído esa palabra antes, a no ser que fuera para referirse al pasado del verbo ver. Pues en el mismo título se nos ofrece una nota a pie de página del mismo autor, Nikolái Gógol, explicándolo. Dice así: "Vi es una creación colosal de la imaginación popular. Los ucranianos designan con ese nombre al jefe de los gnomos, cuyos párpados llegan hasta el suelo. Todo este relato es una leyenda popular. No he querido cambiar nada y la refiero casi con la misma sencillez con que la oí contar". Queda bastante claro, pero ahora la pregunta es: ¿y qué tiene eso que ver con los vampiros? Buena pregunta. Para poder responderla, deberemos leernos el relato, pero de momento os hago un breve resumen.
 
Resulta que tres estudiantes ucranianos, cuyas clases han acabado y vuelven a casa, acaban perdiéndose por el camino. Por suerte, encuentran una granja donde poder pasar la noche, comer y beber un poco, y así retomar el camino una vez se haya hecho de día. La anciana que los acoge (a regañadientes, eso sí) los manda a dormir en estancias separadas para que no monten alboroto. El filósofo Jomá Brut acaba en el establo, donde la vieja intenta seducirlo sin éxito alguno. Ante la negativa del chico, ella lo embruja y se monta sobre él como si de un caballo se tratase para, acto seguido, trotar por los campos y bosques en plena noche. El filósofo no se puede resistir al poder de la bruja, pero, en un momento de descuido, consigue zafarse de ella. Aprovechando que ya es dueño de su cuerpo, golpea a la bruja repetidamente y se monta él encima de ella, intercambiando así los papeles. Cabalgando sobre ella, la golpea una y otra vez como venganza por sus embrujos, pero entonces la vieja se convierte en una bella joven. Ante dicha metamorfosis, el filósofo para, se baja de ella y huye, preso del pánico ante tal encantamiento. Acaba volviendo a Kiev, donde decide olvidar todo lo que ha pasado. Sin embargo, el rector le llama y le dice que la hija de un centuríón muy rico y poderoso está a punto de morir y, como último deseo, quiere que él mismo atienda su entierro y lea las escrituras durante tres noches seguidas. Él no quiere, pero está obligado a asistir, así que, acompañado por un grupo de cosacos al servicio del centurión, debe dirigirse hacia sus tierras. La chica acaba muriendo, claramente, y, a pesar de los numerosos intentos del filósofo por huir, llega el momento de velar tres noches por ella. Al principio, el centurión le pregunta qué relación tiene con su hija para que ella pidiera expresamente que fuera él quien asistiera su entierro, pero él, aterrado al descubrir que ella era la vieja a quien golpeó, niega cualquier tipo de relación con ella. El cienturión le promete una gran suma de dinero una vez haya acabado su cometido, así que, en cierto modo, el chico se motiva un poquito. La primera noche lo encierran en la iglesia con el ataúd e iluminado sólo con unas pocas velas. El filósofo está muerto de miedo. Intenta sobreponerse y, una vez listo, se pone a leer... cuando algo dentro del ataúd empieza a moverse.

Sigo sin entender muy bien la relación que hay entre los vampiros y los gnomos. Aún así, la historia está bastante bien. Resulta un poco cómica, especialmente por los numerosos intentos fallidos del filósofo de huir de su cometido. Pero oye, para ser una leyenda popular ucraniana está muy bien. Una amiga mía es ucraniana y te aseguro que está como una cabra (por eso es amiga mía, jajaja).
Encontré un par de películas basadas en este relato, una de 1967 y otra de 2014. La primera es una adaptación fiel de los directores Georgi Kropachyov y Konstantin Yershov, mientras que la segunda es una adaptación muchísimo más libre, algo similar a Van Helsing, de Oleg Stepchenko.