14 de mayo de 2015

Vi, Nikolái V. Gógol (Vampiros)

¡Hola de nuevo!
El relato de hoy se titula Vi. Supongo que te preguntarás qué es un vi, porque yo me lo pregunté. Nunca había oído esa palabra antes, a no ser que fuera para referirse al pasado del verbo ver. Pues en el mismo título se nos ofrece una nota a pie de página del mismo autor, Nikolái Gógol, explicándolo. Dice así: "Vi es una creación colosal de la imaginación popular. Los ucranianos designan con ese nombre al jefe de los gnomos, cuyos párpados llegan hasta el suelo. Todo este relato es una leyenda popular. No he querido cambiar nada y la refiero casi con la misma sencillez con que la oí contar". Queda bastante claro, pero ahora la pregunta es: ¿y qué tiene eso que ver con los vampiros? Buena pregunta. Para poder responderla, deberemos leernos el relato, pero de momento os hago un breve resumen.
 
Resulta que tres estudiantes ucranianos, cuyas clases han acabado y vuelven a casa, acaban perdiéndose por el camino. Por suerte, encuentran una granja donde poder pasar la noche, comer y beber un poco, y así retomar el camino una vez se haya hecho de día. La anciana que los acoge (a regañadientes, eso sí) los manda a dormir en estancias separadas para que no monten alboroto. El filósofo Jomá Brut acaba en el establo, donde la vieja intenta seducirlo sin éxito alguno. Ante la negativa del chico, ella lo embruja y se monta sobre él como si de un caballo se tratase para, acto seguido, trotar por los campos y bosques en plena noche. El filósofo no se puede resistir al poder de la bruja, pero, en un momento de descuido, consigue zafarse de ella. Aprovechando que ya es dueño de su cuerpo, golpea a la bruja repetidamente y se monta él encima de ella, intercambiando así los papeles. Cabalgando sobre ella, la golpea una y otra vez como venganza por sus embrujos, pero entonces la vieja se convierte en una bella joven. Ante dicha metamorfosis, el filósofo para, se baja de ella y huye, preso del pánico ante tal encantamiento. Acaba volviendo a Kiev, donde decide olvidar todo lo que ha pasado. Sin embargo, el rector le llama y le dice que la hija de un centuríón muy rico y poderoso está a punto de morir y, como último deseo, quiere que él mismo atienda su entierro y lea las escrituras durante tres noches seguidas. Él no quiere, pero está obligado a asistir, así que, acompañado por un grupo de cosacos al servicio del centurión, debe dirigirse hacia sus tierras. La chica acaba muriendo, claramente, y, a pesar de los numerosos intentos del filósofo por huir, llega el momento de velar tres noches por ella. Al principio, el centurión le pregunta qué relación tiene con su hija para que ella pidiera expresamente que fuera él quien asistiera su entierro, pero él, aterrado al descubrir que ella era la vieja a quien golpeó, niega cualquier tipo de relación con ella. El cienturión le promete una gran suma de dinero una vez haya acabado su cometido, así que, en cierto modo, el chico se motiva un poquito. La primera noche lo encierran en la iglesia con el ataúd e iluminado sólo con unas pocas velas. El filósofo está muerto de miedo. Intenta sobreponerse y, una vez listo, se pone a leer... cuando algo dentro del ataúd empieza a moverse.

Sigo sin entender muy bien la relación que hay entre los vampiros y los gnomos. Aún así, la historia está bastante bien. Resulta un poco cómica, especialmente por los numerosos intentos fallidos del filósofo de huir de su cometido. Pero oye, para ser una leyenda popular ucraniana está muy bien. Una amiga mía es ucraniana y te aseguro que está como una cabra (por eso es amiga mía, jajaja).
Encontré un par de películas basadas en este relato, una de 1967 y otra de 2014. La primera es una adaptación fiel de los directores Georgi Kropachyov y Konstantin Yershov, mientras que la segunda es una adaptación muchísimo más libre, algo similar a Van Helsing, de Oleg Stepchenko.

No hay comentarios:

Publicar un comentario