20 de febrero de 2015

El precipicio, Edogawa Rampo (Relatos japoneses de misterio e imaginación)

¡Dos entradas en dos días! ¡Esto es inaudito!
No te acostumbres. Es lo que tiene que las historias sean tan cortas y se lean en diez minutos. Van muy bien como lectura ligera.

En esta entrada toca hablar del cuarto relato, titulado El precipicio. Teniendo en cuenta los anteriores relatos y el título de este, podríamos deducir algo muy obvio, ¿verdad? Como de costumbre, no seré yo quien te cuente el final, simplemente te contaré de qué va y tú ya decides lo que quieras.
En esta ocasión, el relato está escrito en el formato habitual del teatro: se describe la escena y las intervenciones de cada personaje van precedidas del nombre de este. Dado que se trata de un relato muy breve, carece de actos y de pausas, y sólo tiene una escena, que va variando de forma sutil en determinados puntos de la historia. Además, sólo cuenta con dos personajes que ni siquiera tienen nombre, los conocemos por HOMBRE y CHICA.
En el diálogo que estos dos personajes mantienen en lo alto de un precipicio, la chica cuenta cómo su marido intentó asesinarla el año anterior y cómo ella se adelantó y lo mató antes. Encontró pruebas que le hicieron sospechar de los planes de su marido y, precavida, tomó cartas en el asunto para proteger su vida. Le cuenta sus vivencias al hombre, un chico que vivía en su misma casa, supongo que alquilando una habitación. Él conoce los hechos, pero anima a la chica a que relate lo que ocurrió y sintió de primera mano.


Esta historia también habla del crimen perfecto, aquel en el que el perpetrador sale indemne del asesinato que ha cometido y en el que ni siquiera se sospecha de él. La capacidad de sugestión y la manipulación de la mente juega un papel importante. Sin embargo, el Dr. Akechi no aparece en esta ocasión para descubrir y condenar la verdad.

Este relato me ha gustado bastante, creo que el final es muy bueno e impactante. Me dejó con buen sabor de boca y un poco de inquietud. Veremos si el resto de relatos pueden hacer lo mismo. Aunque no fuese así, este libro me está gustando bastante.

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