Nos vamos a ver muy a menudo mientras no se acaben los relatos, ¿eh?
Como te dije hace un par de días, vamos a seguir hablando de Edogawa Rampo y de su recopilación de historias breves. El segundo relato de esta recopilación se titula El test psicológico. ¿Y de qué trata, de test psicológicos y ya está? Hombre, por poder... podría, pero no. La idea general del relato gira entorno al crimen perfecto, tema que ya trataron en su momento Edgar Allan Poe con su detective Auguste Dupin y Arthur Conan Doyle con su mundialmente conocido Sherlock Holmes. Edogawa Rampo, seguidor de ambos escritores, se une a la "moda" de los detectives y, en este relato, es donde aparece el suyo, el doctor Kogoro Akechi.
La historia empieza describiendo a uno de los protagonistas del relato: un estudiante de universidad llamado Fukiya, extremadamente inteligente, aunque un tanto avieso. Como todos los estudiantes universitarios, se encuentra en una situación económica más bien precaria. Sin embargo, esta no es la razón principal por la que decide perpetrar un crimen, ¡acabáramos! Es una razón tan banal y simple para un ser tan superior como él... En realidad, desea comprobar cuán superiores son sus habilidades intelectuales llevando a cabo un crimen que no se puede resolver, o que, al menos, no lo señale a él como culpable. Es decir, que quiere jactarse de su intelecto saliendo de rositas de un asesinato que él mismo ha perpetrado. Es un ser muy retorcido. Una vez cumplido su plan, llega la hora de que la policía resuelva el caso y, en un momento dado, parece que se encuentra en un punto muerto y no hay manera de avanzar. Ahí es donde aparece el maravilloso Dr. Akechi y lo resuelve en un plis. Te dejo el placer de averiguar por ti mismo/a cómo lo hace.
Ojeando el libro me he fijado en que cada relato cuenta con una ilustración en blanco y negro de un tal M. Kuwata. He estado buscando información sobre él y poco he encontrado, así que, si tú o alguien supiera decirme más sobre este misterioso ilustrador, bienvenido sea. Así saciaría mi curiosidad. De momento, te dejo con un cachito de cada ilustración, a ver si con ello consigo que te entren ganas de leerte los relatos.
Bueno, acabemos con este. Está bastante bien, sencillo pero efectivo, podríamos decir. Seguro que a los fans del misterio, los crímenes y los detectives les gustará. A mí me gusta, pero soy muy perezosa y simplemente dejo que el relato me cuente cómo va todo en lugar de ponerme a pensar y a darle vueltas yo misma.
El siguiente relato se titula La oruga. Si te digo la verdad, sólo con oír el título ya me da cosa. Recuerdo que un amigo mío me contó una película, El cienpiés humano, y era tan desagradable que cualquier parecido con ella (incluso el nombre) me pone los pelos como escarpias. Seguro que no tiene nada que ver (eso espero, al menos), pero ya sabes: el cerebro a veces te juega malas pasadas y relaciona cosas que no tendría por qué relacionar.
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